Por décadas, el lujo fue sinónimo de brillos dorados, mármoles italianos y nombres grabados en etiquetas exclusivas. Era un desfile de ostentación donde los objetos hablaban más fuerte que las personas. Pero algo cambió. En el siglo XXI, una revolución silenciosa transformó el lujo en una búsqueda íntima y emocional, más conectada con el alma que con la billetera. Hoy, el lujo no es lo que tienes, sino lo que vives. Bienvenidos a la era del lujo auténtico, donde la sostenibilidad, la exclusividad y la personalización marcan el compás de una nueva filosofía de vida.
En una sociedad donde la distinción y exclusividad adquieren un valor creciente, el término "lujo" a menudo se desdibuja y se usa con libertad para describir desde productos de marca hasta experiencias gastronómicas. Sin embargo, existe un estrato aún más elevado en esta jerarquía: el ultra lujo. Vamos a explorar qué lo define y cómo se distingue de otras categorías de lujo.